Friday, March 16, 2007

el nombre de dios... continuación

parece que en filosofía no podemos conformarnos con verdades, parece que hemos de manifestar lo más elemental o fundamental al hombre, y en ese tipo de cuestiones la mente llega a atolladeros de los que dificilmente sale.
los temas más importantes quedan sin tocar, hay quienes dicen no puede expresarse con el mero discurso racional.
y el argumento que nos muestra los límites va algo así:
1)Dios no es un concepto. (lo aceptamos en aras de la argumentación)
2)hay al menos algo que no es un concepto.
3)no todo es un concepto.
4)hay algo que es un concepto.
5)'dios' es un concepto. (este es un salto mortal, pero intuitivamente válido)
aquellos que esten deseosos de negar la conclusión (5), y discutir el porque dios no es un concepto, deberían tomar en cuenta que al aceptar 1), se han excuído de toda posible discusión, pues quieren hablar de algo que no es conceptuable, así pues (repito) queda fuera de nuestras posibilidades hablar de aquello que de un inicio nos "provocaba". Con esto, pensar en las cosas más fundamentales, queda limitado dentro de un campo señalado, lo expresable. y si creemos encontrar argumentalmente algo que de inicio habíamos excluído de los límites del lenguaje, entonces, seguro que no es lo que deseabamos hallar.

Sunday, March 11, 2007

Analogía de la filosofía

se me a cuestinado sobre la naturaleza de este peculiar que hacer humano, y en todo caso les puedo decir eso, la filosofía es exclusiva de los seres humanos, y de ese conjunto no todos la desarrollan, sólo algunos. (espero estar dentro de ese grupo)
y de ese grupo, parece que no hay un número significativo que este de acuerdo en lo que la filosofía sea.
yo no quiero definirla, pues con ello la reducimos en sus posibilidades, la acotamos y algo que queremos (al menos algunos de los aquí presentes) es que los criterios que tengamos para delimitar lo que no es filosofía no sean ni muy amplios ni muy estrechos.
hacer pollo con papas no es precisamente hacer filosofía, pero queremos algunos de nuestros esfuerzos mentales lo sean. quiero que exista rigor en mi discurso, pero que sea maleable como a su vez resulta la realidad, o mi aprehensión de ella.
un rasgo que me resulta irrenunciable, es la caracteristica argumentativa de todo discurso filosófico. ¿pero hasta donde?
por ese rasgo doy esta analogía entre filosofía y el ajedrez. (es un juego, y por ello hay que tomarlo muy en serio)
hay dos contendientes, dos posiciones confrontadas que por jugadas, ganan espacio en el tablero, en el espacio argumental, cada jugada es un argumento y su respectiva respuesta, refutación o no. (recuerden que una jugada se compone del tiro de ambos jugadores)
el problema es la manera en que veamos la 'confrontación', no es un mero contrapunteo, se juega algo más que ver quien gana, en ese sentido la filosofía debe comprometer a los filósofos con su discurso, y en ese sentido los argumentos ad hominen, son efectivos.
la filosofía, si ha detener algún aspecto ético, debe comprometer a aquellos que la desarrollan.
no es valido mover las piezas y no aceptar los resultados de esos movimientos.
otro aspecto que debemos manejar con cuidado es que entederemos por ganar espacio argumental, y que por ganar la partida.
obvio es que no reduzco a la filosofía a un montón de argumentos, en donde el objetivo es degollar al rey oponente, pero es parte de este quehacer, si dos argumentos realmente se contraponen, finalmente tendremos que aceptar uno de los dos, o una mezcla de ambos, eso sería como ver cuales jugadas resultaron efectivas aun que el juego quede tablas.
atribuir algo así como la victoria a uno de los argumentos es aceptar que uno de los oponentes no tenía razón en su discurso o argumentos, o su oponente fue más elegante, o ataco un punto principal, en todo esto resulta tambien obvio, que no se trata de una dispúta estrictamente personal, sino de algo que trasciende a aquel que presenta los argumentos. se convierte en polémica social. pero hasta aquí con la analogía que seguro se puede exprimir más mientras menos diga yo.